En el ámbito financiero, la caja de ahorro y la cuenta corriente son dos de los instrumentos más comúnmente empleados. La caja de ahorro tiene como fin la acumulación de fondos, la segunda está más relacionada con las operaciones financieras y las transacciones comerciales. Ambos instrumentos habilitan al usuario a realizar depósitos y retiros de dinero. Sin embargo, podemos encontrar aspectos distintivos de cada una de estas cuentas. A continuación desarrollaremos algunas de las características fundamentales de cada una de estas alternativas.
En qué consiste una caja de ahorro
En líneas generales, una caja de ahorro es un instrumento financiero al que el usuario accede de forma gratuita y que no requerí de costos de mantenimiento. Con este tipo de cuenta el usuario podrá guardar su dinero y utilizarlo para diversos fines, entre ellos el ahorro.
Al abrir caja de ahorro, el cliente obtiene una tarjeta de débito que se sincroniza con su cuenta, brindándole acceso inmediato a sus fondos. Mediante esta tarjeta, se puede extraer efectivo y realizar compras en negocios y plataformas online. A través de la tarjeta de débito se podrá acceder a los fondos depositados en la cuenta, esto es lo que define el límite de gastos que se pueden realizar. Todas las transacciones que se realicen por ventanilla en el banco o dentro de la misma entidad financiera no representan ningún tipo de costo para el usuario.
Características distintivas de una cuenta corriente
A diferencia de la caja de ahorro, una cuenta corriente es un instrumento financiero mediante el cual el cliente puede guardar su dinero, pero que a la vez le permite financiar sus gastos con cheques. Esta es una de las diferencias fundamentales con la caja de ahorro.
Una cuenta corriente permitirá al usuario realizar sobregiros. Esto significa que el usuario estará habilitado a financiar una transacción a través de cheques, incluso si no se cuenta con fondos en la cuenta. Cabe mencionar que, a diferencia de una caja de ahorro, una cuenta corriente demanda pagos para su mantenimiento.
¿Quiénes pueden acceder a una cuenta corriente?
Una caja de ahorro y una cuenta corriente poseen características que las hacen distintas entre sí. Por ejemplo, en el caso de una caja de ahorro, esta solo puede ser abierta por una persona física. En cambio, una cuenta corriente también puede ser abierta por personas jurídicas. Es por ello que en el caso de un negocio la opción más indicada será la de una cuenta corriente.
Otro de los puntos que las diferencia, se desprende de la diferencia entre dinero disponible en la cuenta, y disponibilidad de fondos. En una caja de ahorro el usuario solo puede disponer del dinero que figura en su saldo. La cuenta corriente permite disponer de más fondos de los que están depositados en la cuenta. Esto te permití, entre otras cosas, efectuar giros al descubierto.
Es recomendable contar con asesoramiento idóneo antes de acceder a alguno de estos instrumentos financieros. La correcta comprensión de cómo funciona cada uno de estos tipos de cuenta, permitirá una mejor gestión de las finanzas y de los beneficios para el usuario.