Imperdibles Frases de Nietzsche

Nietzche

El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.

  • Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti.
  • Los monos son demasiado buenos para que el hombre pueda descender de ellos.
  • El destino de los hombres está hecho de momentos felices, toda la vida los tiene, pero no de épocas felices.
  • Todo lo que se hace por amor, se hace más allá del bien y del mal.
  • La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre.
  • Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los «cómos».
  • Sin música la vida sería un error.
  • La palabra más soez y la carta más grosera son mejores, son más educadas que el silencio.
  • Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes.
  • Tener fe significa no querer saber la verdad.
  • No hay razón para buscar el sufrimiento, pero si éste llega y trata de meterse en tu vida, no temas; míralo a la cara y con la frente bien levantada.
  • Solamente aquel que construye el futuro tiene derecho a juzgar el pasado.
  • La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano.
  • En el amor siempre hay algo de locura, mas en la locura siempre hay algo de razón.
  • Yo necesito compañeros, pero compañeros vivos; no muertos y cadáveres que tenga que llevar a cuestas por donde vaya.
  • La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
  • Para llegar a ser sabio, es preciso querer experimentar ciertas vivencias, es decir, meterse en sus fauces. Eso es, ciertamente, muy peligroso; más de un sabio ha sido devorado al hacerlo.
  • El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza.
  • La madurez del hombre es haber vuelto a encontrar la seriedad con la que jugaba cuando era niño.
  • Todo el que disfruta cree que lo que importa del árbol es el fruto, cuando en realidad es la semilla. He aquí la diferencia entre los que creen y los que disfrutan.
  • Creo que los animales ven en el hombre un ser igual a ellos que ha perdido de forma extraordinariamente peligrosa el sano intelecto animal, es decir, que ven en él al animal irracional, al animal que ríe, al animal que llora, al animal infeliz.
  • Los que más han amado al hombre le han hecho siempre el máximo daño. Han exigido de él lo imposible, como todos los amantes.
  • La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor.
  • En la venganza, como en el amor, la mujer es más bárbara que el hombre.
  • ¿Es el hombre sólo un fallo de Dios, o Dios sólo un fallo del hombre?.
  • La esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte.
  • Todos los pozos profundos viven con lentitud sus experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
  • El sexo es una trampa de la naturaleza para no extinguirse.
  • Lo que hacemos no es nunca comprendido, y siempre es acogido sólo por los elogios o por la crítica.
  • No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior.
  • Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los favores recibidos que se estrangulan con la cuerda de la gratitud.
  • El matrimonio acaba muchas locuras cortas con una larga estupidez.
  • Cuando trates con una mujer no olvides el látigo.
  • La mujer perfecta es un tipo humano superior al varón perfecto, pero también es un ejemplar mucho más raro.
  • Lo que no me mata, me fortalece.
  • El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.
  • Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño.
  • Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos responder.
  • Olvida uno su falta después de haberla confesado a otro, pero normalmente el otro no la olvida.
  • El hombre sufre tan terriblemente en el mundo que se ha visto obligado a inventar la risa.
  • Dios ha muerto. Parece que lo mataron los hombres.
  • Nuestro destino ejerce su influencia sobre nosotros incluso cuanto todavía no hemos aprendido su naturaleza; nuestro futuro dicta las leyes de nuestra actualidad.
  • La edad de casarse llega mucho antes que la de quererse.
  • La demencia en el individuo es algo raro; en los grupos, en los partidos, en los pueblos, en las épocas, es la regla.
  • La sencillez y naturalidad son el supremo y último fin de la cultura.
  • El gran estilo nace cuando lo bello obtiene la victoria sobre lo enorme.
  • ¿No es la vida cien veces demasiado breve para aburrirnos?
  • El mundo real es mucho más pequeño que el mundo de la imaginación.
  • Toda convicción es una cárcel.
  • El remordimiento es como la mordedura de un perro en una piedra: una tontería.
  • Mucho tienen que hacer los padres para compensar el hecho de tener hijos.
  • Un filósofo casado es, para decirlo claro, una figura ridícula.
  • Sin arte la vida sería un error.
  • La guerra vuelve estúpido al vencedor y rencoroso al vencido.
  • El pensador sabe considerar las cosas más sencillas de lo que son.
  • En algunos la castidad es una virtud, en muchos es casi un vicio.
  • Nada más hipócrita que la eliminación de la hipocresía.
  • Cuando me encuentro con una criatura, encuentro la voluntad del poder.
  • Las razas laboriosas encuentran una gran molestia en soportar la ociosidad.
  • Lo absurdo de una cosa no prueba nada contra su existencia, es, más bien, condición de ella.
  • El hombre se define como ser que evalúa, como ser que ama por excelencia.
  • Tenemos arte para no morir de la verdad.
  • Cuando se tienen muchas cosas que meter en él, el día tiene cien bolsillos
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